jueves, 30 de marzo de 2023

TRAVER Y TOMÁS, Vicente

  


Vicente Traver y Tomás, el eminente arquitecto, dejó su huella en la historia naciendo en Castellón de la Plana en 1888 y concluyendo su fascinante trayectoria en la misma ciudad en 1966, a los 78 años de edad.

Sin duda, sus obras más significativas se levantan como testigos de su genialidad en Sevilla, donde se estableció entre los años 1913 y 1933, y llegó a ocupar el cargo de arquitecto director de la Exposición Iberoamericana de 1929 tras la dimisión de Ánibal González.

La llegada de Traver a Sevilla en 1913 estuvo marcada por la tutela de un ilustre mentor, Don Benigno de la Vega-Inclán y Flaquer, II Marqués de la Vega Inclán. Este encuentro sería un punto de partida fundamental para su exitosa carrera en la ciudad.

Además, en esa época, Traver se convirtió en miembro activo del influyente Ateneo de Sevilla, donde fue admitido como socio el 1 de enero de 1915. También ocupó el puesto de tesorero en la Sociedad de Arquitectos de Andalucía, lo que refleja su compromiso y participación activa en la vida cultural y profesional de la ciudad.

Proyectos: Entre los proyectos iniciales que lo destacaron en Sevilla se incluye la adaptación del antiguo convento de la Concepción de San Miguel para albergar al Colegio Notarial, la concepción del monumento a Sorolla en el Paseo de las Delicias y la idea de la glorieta dedicada a los hermanos Álvarez Quintero, esta última ejecutada por Aníbal González. Además, es importante mencionar la sede actual del Ilustre Ateneo de Sevilla, ubicada en la calle Orfila, que inicialmente fue un encargo privado para La Previsión Española y que lleva la impronta de Traver.

Una de sus obras más emblemáticas en Sevilla es la majestuosa Casa Longoria, que se alza en la Plaza Nueva y exhibe un estilo neo-barroco que encarna su maestría arquitectónica. La Casa Longoria no solo fue una creación arquitectónica sino también un hogar, ya que Traver y su esposa, Elena González-Espresati, vivieron allí como inquilinos tras su matrimonio en 1919.

Sociedad Anónima de Construcciones: La Sociedad Anónima de Construcciones, fundada en 1918, desempeñó un papel fundamental en la carrera de Traver. Esta empresa constructora, en la que Traver era accionista, le permitió involucrarse en una amplia gama de proyectos arquitectónicos en Sevilla. Entre sus logros se destacan el edificio del Ilustre Ateneo en la calle Orfila, el pabellón encargado por la Compañía de Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante (MZA) para la Exposición de 1929, el proyecto del Casino de la Exposición y el Teatro Municipal Lope de Vega, que conformaron el Pabellón de Sevilla para la Exposición Iberoamericana. También diseñó la hermosa Fuente de la Plaza de España y los antiguos almacenes del Banco Español de Crédito, ahora transformados en el Hotel AC en la Avenida Manuel Siurot. La Iglesia del Corpus Christi en la avenida de la Palmera también es una obra destacada de su portafolio.

Exposición Iberoamericana de Sevilla: Su contribución más relevante en Sevilla fue su nombramiento como arquitecto director de las obras de la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1927, sucediendo a Aníbal González. Su labor en esta posición fue fundamental para el éxito y la conclusión de la exposición en 1929, aunque esta función inicialmente la asumió en 1925 como arquitecto auxiliar. La gestión de José Cruz Conde, comisario regio de la Exposición, fue determinante en su nombramiento para liderar las obras de tan importante evento, aunque este cambio no fue bien recibido por la población local debido a la percepción de que la Expo era un proyecto de iniciativa sevillana.

Traver realizó viajes a Estados Unidos, Francia e Italia para estudiar exposiciones internacionales y adquirir conocimientos que aplicaría en el diseño del Pabellón de Sevilla para la Expo de 1929.

Después de la clausura de la Exposición Iberoamericana de 1929, su vida profesional se vio afectada por la caída de sus mentores y apoyos en la Segunda República en 1931. Esto lo llevó a abandonar Sevilla y regresar a Castellón en 1933, llegando a ser alcalde de esa ciudad.

Premios: A lo largo de su carrera, Vicente Traver recibió numerosos reconocimientos, entre ellos, una medalla de oro en la Exposición de Artes Decorativas de París, el Gran Premio de la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929 y la distinción como Caballero y Comendador de la Orden del Santo Cristo de Portugal.

Fuentes: Para recopilar esta información, se han utilizado fuentes como el blog de Juan José Cabrero, especializado en la Exposición Iberoamericana de 1929, así como la tesis doctoral del historiador José Carlos Pérez Morales, que profundiza en la vida y obra de Vicente Traver.

Autor: Feliciano Robles

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